jueves, 2 de agosto de 2018

Estrellas incontables - Ambientación III

Las restricciones y el Mandato

Los gobiernos de la Tierra estaban cada vez más preocupados por los colonos más alejados. El motor de salto más rápido no tardaba menos de cuatro meses en alcanzar los mundos del Borde. Enviar una fuerza militar a esa distancia sólo estaba al alcance de las naciones más poderosas. En vez de permitir que las colonias escaparan a su control, las grandes potencias de la Tierra acordaron crear el Mandato Terrano, una organización dedicada a vigilar el espacio humano y a ejercer la autoridad de los gobiernos de la Tierra en los mundos colonia más remotos.

Más aún, se prohibió la expansión hacia los mundos más allá de lo que en aquel momento era el Borde. Los grupos, cultos y microculturas disidentes fueron conminados a vivir dentro de las fronteras establecidas y se les prohibió colonozar mundos por su cuenta, argumentando para ello razones de "armonía social" y "seguridad interestelar". No fueron pocos los grupos que desafiaron al nuevo Mandato buscaron mundos más allá del alcance de éste en la lejana oscuridad. Privados de sus fuentes habituales de financiación y recursos, de muchos de ellos no volvió a saberse nada.

Incluso con estos nuevos límites, el Mandato Terrano pasó muchos apuros para contener los mundos coloniales. No había muchas luchas reales entre las colonias, pues pocas de ellas contaban con naves o personas de las que pudieran prescindir, pero aquí y allí los grupos disidentes más fanáticos o los ideólogos más obcecados no podían soportar vivir en paz con sus vecinos. El Mandato mantuvo una especie de disciplina laxa sobre los mundos del Borde, pero hacia el año 2260 el control directo era, por usar un eufemismo, tenue.

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