viernes, 3 de agosto de 2018

Estrellas incontables - Ambientación IX (y última)

El Silencio termina

Durante casi 600 años la Humanidad ha ido recuperándose lentamente de las consecuencias del Grito. Muchos mundos fronterizos han caído en la barbarie y las guerras balcanizadas. Esos "mundos perdidos" cuentan con suficientes recursos para mantener la agricultura y la vida, pero carecen de los combustibles fósiles o radioactivos necesarios para impulsar la tecnología moderna. Algunos incluso han olvidado sus orígenes o han caído en la niebla de las leyendas y los mitos.

Otros mundos han sido más afortunados. Sus planetas tuvieron suerte al contar con los recursos necesarios para mantener un nivel una tecnología de un nivel un tanto rudimentario, pero dispuesto al fiin y al cabo. Las plantas de fusión son más aparatosas que la pretech que existía antes del Grito y la tecnología médica no funciona tan mal cuando es capaz de proporcionar a su población hasta cien años de biuena salud antes de fallecer. Aún así, estos mundos han logrado desarrollar métodos para apañarse sin las disciplinas esotéricas de los fabricadores psi y, a medida que mejora lentamente su tecnología, también lo hace la producción de naves con motor de salto. Esta "postech" puede ser inferior, pero tras el Silencio al menos puede replicarse de una manera que la pretech no.

Unos pocos mundos han logrado redescubrir las técnicas básicas de la educación psíquica. Las técnicas asombrosamente sutilies y sofisticadas necesarias para recrear las viejas factorías de pretech aún permanecen perdidas, pero estas nuevas academias son al menos capaces de enseñar a sus aumnos cómo canalizar sus poderes de maneras relativamente seguras y útiles. Algunos mundos guardan estos secretos con celo, pero otros pueden obtener pingües ingresos del entrenamiento de psíquicos extranjeros enviados por los mundos vecinos. Unas pocas academias desarrollan su actividad sin ningún tipo de intromisión gubernamental y enseñan sus secretos a cualquiera que tenga el dinero suficiente o con quien compartan una ideología similar.

Alrededor de los mundos más poderosos se empiezan a formar dominios estelares. Enviar más de unas pocas decenas de miles de tropas a un mundo cercano sigue estando más allá de la capacidad de la mayoría de planetas, por lo que estos dominios emergentes tienden a ser confederaciones informales de mundos con mentalidades similares, o bien colonias de población escasa controladas con mano de hierro por una potencia cercana mucho más grande y poderosa. La mayoría de dominios permanecen unidos por el pegamento de la ideología y los beneficios comerciales, y las escaramuzas fronterizas son cada vez más comunes entre los imperios espaciales contiguos.

Los vecinos alienígenas no han permanecido ociosos dirante el Silencio. Parece que el Grito ha afectado a otras especies psíquicamente activas con la misma gravedad que a la Humanidad, pero las especies que no resultarons ser tan vulnerables se han expandido en el espacio humano en varios puntos de la frontera. Algunas incluso han llegado tan lejos como para tomar el control de mundos humanos. En unas pocas regiones desafortunadas del espacio humano, sectores enteros han sido conquistado por potencias alienígenas. 

Ahora, en el año 3200, la frágil red de comercio interestelar está recompuesta y se ha retomado la exploración. Incontables mundos permanecen encerrados en la oscuridad del Silencio, esperando a avezados comerciantes o incansables exploradores que les ayuden a volver al abrazo de la Humanidad interestelar. Y si esas gentes aguerridas se merecen ser recompensadas con la riqueza de antiguos objetos y datos que llevan largamente atrapados en esos mundos, ¿quién podría decir que no se lo merecen?

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