jueves, 2 de agosto de 2018

Estrellas incontables - Ambientación II

La primera oleada

De la noche a la mañana, las naciones de la Tierra emprendieron una carrera frenética en la construcción de naves equipadas con motores de salto. Los problemas locales pasaron a un segundo término: las disputas por un poco de tierra o de petróleo parecían algo trivial comparadas con las riquezas que aguardaban en el cielo.

Las primeras exploraciones revelaron que los motores de salto tenían un alcance máximo antes de que los efectos corrosivos del entorno metadimensional degradaran sus cúpulas protectoras. Para alcanzar los cuerpos estelares lejanos era necesario saltar de estrella en estrella. En el curso de esas exploraciones se descubrieron numerosos y exóticos cuerpos planetarios. El primer planeta habitable por humanos se descubrió en 2113. Era una bola de barro estéril con una atmósfera rica en oxígeno. Llamado Renacimiento por sus descubridores de la Gran Europa, su descubrimiento hizo que las demás naciones de la Tierra acrecentaran su codicia exploratoria.

Las naves de exploración pan-indias descubrieron el primer planeta con formas de vida propias en 2150. La sopa primigenia que cubría la superficie del mundo acuático de Pranashakti sirvió como sujeto de estudio a toda una generación de xenobiólogos. La excitación sólo se vio superada por el descubrimiento por parte de una nave de reconocimiento estadounidense de unas antiguas ruinas alienígenas en la luna Tifón, satélite cubierto de nieblas. Sus constructores desaparecieron hace más de 40.000 años, pero los exiguos restos mostraban evidencias de una cultura tecnológicamente sofisticada que contaba con una anatomía humanoide no muy distinta de la humana.


Durante esta Primera Oleada de colonización, la Humanidad se expandió a paso firme desde los verdes prados de la Tierra. En 2220 la mayoría de mundos habitables dentro de un año de viaje con motor de salto contaban con al menos un puñado de habitantes humanos. Numerosos grupos escindidos de formaciones políticas y religiosas partieron hacia los cielos cuando la minería de asteroides puso el precio de las naves equipadas con motor de salto al alcance de las grandes corporaciones. La Humanidad estaba creciendo más allá del alcance de sus líderes.

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