La Segunda Oleada
Para entonces, la Segunda Oleada de colonización humana estaba en su plenitud. El desarrollo de los Portales de Salto permitió al Mandato Terrano proyectar su fuerza militar con mucha más facilidad, por lo que la prohibición de seguir con la expansión se había relajado bastante. En 2600 la frontera del espacio humano se extendía hasta casi 10 años de viaje con motor de salto desde la Tierra. Incluso después de llevar los Portales de Salto tan lejos como fue posible, una nave correo rápida con tecnología pretech tardaba un año en llegar a las colonias más lejanas.
Los Portales de Salto hicieron posible la salida masiva de colonos que huían de las ataduras anquilosantes de la estratificada sociedad terrana. Más de 4.000 millones de personas dejaron la Tierra a lo largo de la Segunda Oleada, muchos de ellos enviados con gusto por algunos gobiernos que estaban deseando perder de vista a sus sujetos más problemáticos. Hacia el final de la Segunda Oleada, el Mandato Terrano empezó a darse cuenta de que sencillamente no contaba con la mano de obra necesaria para controlar los mundos coloniales. Incluso con la abrumadora ventaja tecnológica de las flotas terranas, sencillamente había demasiadas colonias y demasiados colonos como para controlarlos directamente.
Las colonias también se percataron de ello, allá por 2450. Rara vez se daba una rebelión explícita contra el Mandato; era mucho más común una desobediencia paulatina. Los envíos de impuestos se hacían intermitentes hasta qeu deseaparecían del todo, y las órdenes del Mandato al principio se obedecían con poca pasión y finalmente no se acataban en absoluto. La flota del Mandato atacó a unos pocos de los reacios más valiosos, pero fueron acciones de retaguardia. El Mandato Terrano había crecido más allá de lo que podía mantener bajo control.
En el vacío salvaje de la frontera, se crearon armadas equipadas con motores de salto y pequeños reinos estelares para poner fin a antiguas rencillas entre ideologías, religiones y simples diferencias derivadas de la ambición. La investigación de tecnología para usos perversos (maltech) empezó a arraigarse en los mundos más aislados, llevando a cabo estudios prohibidos sobre IA descontroladas, nanotecnología replicante y armamento de destrucción planetaria. Algunos mundos empezaron a experimentar con la modificación genética humana más allá de lo permitido. Estas sectas eungenésicas buscaban la mejora general del legado genético humano pese alos terribles precios a pagar en forma de mutaciones aberrantes e inestabilidad. Las fuerzas del Perímetro del Mandato Terrano intentaban contener estas investigaciones pero lo habitual es que fueran pocos y con pocos recursos para hacer algo más que notificar los acontecimientos.
La Edad Dorada de la Humanidad ya empezaba a verse afectada tanto por las presiones de estos mundos problemáticos como por la senilidad del Mandato. El golpe de gracia aún estaba por llegar.
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